Lo bueno de la sierra de Hijar es que puedes empezar a andar y no necesitas señales, ni caminos. Te dejas llevar por el paisaje y caminas de cerro en cerro para disfrutar con cada paso de unas espectaculares vistas. Hay que hacerlo con nieve, con raquetas, y si además nieva, mejor. Hoy hacía sol y la temperatura no era muy baja, así que nos quedó un día perfecto para dar un tranquilo paseo.
También nos acercamos al río Hijar, como no. Estando en la zona es visita obligada para rendirle nuestro respeto al padre del Ebro, en esta época va con mucha agua y baja rápido.
En definitiva, un buen día en la nieve sin mayores pretensiones.
Track de la ruta