Pequeña ermita de carácter popular, documentada en el año 1850, momento en el que se reedificó para acoger a la Virgen.
En su interior hay un retablo de cerámica policromada y pan de oro inspirado en modelos del barroco mejicano, que no dimos ver.
A su lado hay un parque infantil.
Destaca en su exterior una enorme cruz metálica tubular que, para gustos se hicieron los colores, a mi me pareció una bajante de pluviales.