Un buen susto en la Sierra de Hijar.

Tercera salida consecutiva a la Sierra de Hijar, buscamos la nieve y desde luego la encontramos. Todo marchaba de maravilla, frío pero sin lluvia y el cielo casi despejado. Comenzamos la salida admirando el paisaje nevado, con el río Hijar a nuestra izquierda, con un sombrero blanco en sus piedras y ruidoso por su rapidez y caudal.

A medio camino de las Cervalizas, Aras se fue de paseo, siguiendo el rastro de a saber que animal. Tras una hora de llamarle y buscarle, le oímos aullar. Estaba justo en la pared del milagro, llamándonos, porque no sabía como volver al camino con nosotros. Pero os trascribo el comentario que puso en Facebook Don Miguel de Celis, al que nos encontramos cuando daba un paseo y hacía unos fotos, es un gran fotógrafo de Reinosa: «Y ARAS APARECIÓ y no pasó la noche al raso» .Más de 2 horas y media llamándole, hasta que se le localizó por el sonido de sus gemidos y aullidos, encima de un cortado muy pendiente, unos 18 m de altura.. Pero Aras, el perro, no olía muy bien lo de despeñarse,..jajaja, así que intentó varias veces salir de su rincón de seguridad…, hasta que escogió una zona más segura para llegar hasta el río, donde se le avistó de nuevo. Luego cruzó el tortuoso y peligroso rio Híjar, por una pendiente endiabladamente obstaculizada por árgumas, espinos, zarzas, algunos árboles y nieve muy profunda… y por fin llegó hasta el camino donde gozosos le esperaban sus dueños, y le envolvieron en un abrazo entrañable y repleto de alegría y regocijo. Hoy ha habido suerte, ARAS!! Y ARAS APARECIÓ!! HURRAAA!!!

Miguel estuvo con nosotros todo el tiempo, buscando, animando y ayudando con su maravillosa forma de ser, recuerdo un comentario que hizo «Si hay que estar aquí toda la noche… estamos». Gracias Miguel.

Cuando Aras consiguió unirse a nosotros, no me preguntéis como bajo del monte, en fila india, volvimos al coche y a casa.

A pesar de todo, la ruta sigue mereciendo la pena.