Aquí ya hemos estado más veces, es uno de esos lugares que por más que vuelvas siempre descubres algo nuevo. Seguimos el Arroyo de Candanoso hasta coger el Arroyo del Tojo. Entre sol y sombra vamos buscando esos pasos que nos acercan a la orilla del río y cuando nos apetece paramos a la sombra de algún árbol a descansar.
Hay que ir sin prisa, disfrutando cada momento y salirse del camino, así veréis lugares que de otra forma os los perderíais.